Es un hecho ampliamente documentado que la producción porcina presenta variaciones estacionales, centradas fundamentalmente en un descenso en la eficiencia reproductiva en la fase de gestación (dificultad de salida en celo, mayor número de fallos reproductivos), durante los meses de verano y otoño. Estas variaciones son debidas a dos factores:
- Temperaturas elevadas. Dichas temperaturas elevadas influyen por dos vías:
- Disminuye la ingesta de pienso de los animales, especialmente en maternidad, lo que provoca que los animales presenten peor condición corporal en el momento del destete y posterior cubrición.
- Los animales presentan estrés térmico (la temperatura ambiental está por encima de la zona termoneutra), lo que hace que el animal tenga más dificultad para desencadenar todos los procesos hormonales que provocan la salida en celo y el mantenimiento de la gestación.
- Fotoperiodo decreciente, es decir, disminución de las horas de luz diarias. La cerda detecta estas variaciones de luz, lo que hace que, al igual que con el estrés térmico, se interfieran los mecanismos hormonales relacionados con la reproducción. Éste es un mecanismo adaptativo del animal a las condiciones que se dan en la naturaleza (al igual que en la mayoría de animales salvajes, en que la función reproductiva se reduce o se detiene durante el otoño y el invierno).
Una vez conocido este efecto, en el presente artículo vamos a:
- Intentar cuantificarlo.
- Ver las consecuencias que tiene en la producción.
- Proponer manejos que minimicen dichas consecuencias.
Para ello se van a usar datos de 2008 de un grupo de 72 granjas, extraídos de la base de datos de PigCHAMP Pro Europa.
Cuantificación de los efectos estacionales
Gráfico 1.- Variaciones del intervalo destete-1ª cubrición y de la tasa de partos de las cubriciones por meses, año 2008.
La tasa de partos corresponde a la fertilidad a parto de las cubriciones realizadas en el periodo, y no de los partos sucedidos en el periodo.
Se aprecia claramente cómo, en los meses de verano-principio de otoño, las cerdas presentan más dificultad, tanto para salir en celo tras el destete, como para mantener la gestación.
En el intervalo destete-1ª cubrición, lo que aumenta es el porcentaje de cerdas que se cubren más de 5 días post-destete, tal como se aprecia en la siguiente tabla:
Tabla 1.- Rangos de intervalos destete-1ª cubrición, año 2008
ID-1ªC (días) | 0-3 | 4 | 5 | 6 y 7 | >7 |
Julio-septiembre | 2,70 % | 27,30 % | 40,50 % | 12,90 % | 16,50 % |
Media resto de meses | 3,40 % | 32,90 % | 41,30 % | 9,70 % | 12,70 % |
De las pérdidas de gestación (tabla 2), los incrementos se producen en el porcentaje de repeticiones, y especialmente en el porcentaje de abortos, que se incrementan un 70% (de hecho, a este descenso de eficiencia también se le denomina en ocasiones “síndrome del aborto otoñal”).
Tabla 2.- Análisis de pérdidas de gestación por causa, año 2008
Julio-septiembre | Media resto de meses | |
Total 1ª cubriciones | 27010 | 80418 |
% repeticiones | 11,5 | 9 |
Intervalo medio (días) | 33,3 | 33 |
% DG negativo | 1,1 | 1,02 |
% vacías a parto | 0,5 | 0,4 |
% abortos | 1,73 | 1,07 |
% muertas | 1 | 1,2 |
% matadero | 2,94 | 2,78 |
Consecuencias de los efectos estacionales
Estas variaciones estacionales de eficiencia tienen dos efectos:
- Disminución de la productividad global anual de la granja, ya que el descenso de eficiencia de ese periodo influye negativamente en las medias anuales.
- Variaciones de los ritmos productivos de la granja. Un efecto común a muchas granjas es el siguiente: durante esos meses se sigue cubriendo el mismo nº de cerdas por periodo que durante el resto del año. Al tener menor tasa de partos, la media de partos y, por consiguiente, de destetes de finales de año-primeros de año, es menor. En una granja de ciclo cerrado, los lechones que nacen en ese periodo son los que se mandan a matadero en verano (cuando el precio de la carne de cerdo suele ser más alto), luego se produce un déficit de ventas de animales en el momento en que su venta es más rentable.
Minimización de los efectos estacionales
Lo primero que hay que tener en cuenta es que los datos de este artículo son medias de un grupo de granjas, por lo que de cada granja en concreto es necesario analizar tanto el momento de inicio y fin del efecto estacional (no es lo mismo una granja en Andalucía, en la que tendrá más peso el efecto del calor -luego probablemente el efecto aparecerá antes- que una granja de Castilla-León, en que es el fotoperiodo decreciente el efecto dominante) como la cuantificación de dicho efecto (haciendo un estudio histórico de los datos de la granja).
Las estrategias de minimización de los efectos son dos:
- Productivas: encaminadas a disminuir el impacto en los animales, tanto del calor (coolings, refrigeración de las salas, especialmente en maternidad, acceso constante a agua fresca y de calidad…), como del fotoperiodo decreciente (instalación de temporizadores en la iluminación de las naves, para mantener mínimo 14 horas de luz diarias). Estas estrategias pueden minimizar, pero no eliminar la estacionalidad.
- De manejo: Una estrategia bastante rentable consiste en incrementar el nº de cubriciones/periodo desde el momento en que se presenta este efecto estacional (ojo, no cuando empiece a haber más repeticiones y abortos, sino 3 semanas-1 mes antes). Dicho incremento puede ser de un 5-10%, y va a propiciar un nº suficiente de destetes a finales-principios de año, y por lo tanto mayor nº de cerdos para vender en el momento más adecuado. También es importante terminar esta “sobrecubrición” cuando acaba el efecto estacional, si no, se corre el riesgo de tener más cerdos a matadero en otoño-principios de invierno, con precios ya bajos.